agosto 27, 2010

El progreso no está hacia adelante, está de lado

Pensar en la ciencia del hombre te brinda la posibilidad de intuir que este avanza siempre con un paso al lado. Rastrear los caminos fundamentales del progreso y sus condiciones dentro de un marco particularmente humano es comprobar un movimiento en sentido lateral; esto se debe "posiblemente" (término precisamente lateral) a que la ilusión de una proyección hacia adelante está contrapuesta integralmente a la expresión estructural y accesoria de la naturaleza, la cual es invariablemente parcial. Por ello, nada es acabado y todo es más bien nutrible.

La historia de la lucha por la equidad social, el esfuerzo imperecedero por la comprensión fenoménica de la(s) subjetividad(es) o incluso la innagotable motivación por encontrar certezas axiomáticas, son producto de un compromiso de la sustancia hacia la periferia, hacia lo distinto, hacia el panorama abarcador más que hacia la contemplación conformista de lo que percibimos de frente. El progreso es abrazar al de al lado mirando los vacíos que flanquean ambos lados de la línea recta, y es posar todo el brazo tanto sobre el que está a la izquierda como sobre el que está a la derecha.

6 comentarios:

  1. Yo creo que al contrario, la ciencia del hombre avanza de frente utilizando a la naturaleza como base de su artificialeza, el problema básico del "mundo-hombre" se da en ser precisamente una segunda naturaleza, de ahí la "comprensión fenoménica de la(s) subjetividad(es) o incluso la innagotable motivación por encontrar certezas axiomáticas, son producto de un compromiso de la sustancia hacia la periferia". No son más que manotazos al aire.
    Ese progreso al que quieres "ladear" abrazando izquierda y derecha, no es el que se ha dado, y debe de ser un reto poder ver hacía atrás (también y de lado) en la línea recta que trazamos al infierno, de gentes de estos tiempos. La miopía de lo recto.

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  2. Muy acertado, pero mejor hacemos el ejercicio de leer entre líneas y acabamos indicando que el post se trata de un símbolo dibujado por muchas palabras: "la tolerancia". Igual, tu te aventuras a simbolizar lo mismo pero con otra paleta: "la alternativa tautológica"; qué gusto. Yo sostengo un frágil deseo y me doy; tú te miras en el espejo y no sospechas que tu imagen te abandona para siempre. Talvez por eso puedo crearte con palabras ahora mismo o quiza solo sea que no puedo dejarte ir sin construirte a un lado de mi espíritu. No renunciamos, las cosas se delizan deprisa y no podemos atraparlas, conservarlas, alimentarnos con ellas; es decir, estamos condenados a jamás poder destruirlas. El universo es esto...claro que no, el universo nunca es.

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  3. Y bueno, volvemos a lo mismo, la realidad es siempre tergiversable, la fundas con cada palabra, es la esencia naturalizable, lo real, al contrario es lo que "existe o no existe", ante el panorama del lenguaje y su indestructibilidad tenemos la opción de la interpretabilidad, que nos permite destruir dialecticamente todo lo que queramos... El problema del progreso del hombre enmarcado en un ámbito de abarcabilidad, omnipotencia lateralizado me parece completamente viable, pues precisamente parte de la interpretabilidad y la opción la planteas sobre "la tolerancia". Aunque no creo que te veas al espejo y te des, sin deshacerte para poder verte completamente buscándote la espalda. No renunciamos nunca, las cosas se nos van porque es parte de su esencia es lo inasible de la contemporaniedad. Y el universo, es eso, esto y nada. Entender esto en su real dimensión nunca nos será posible, pero el intentarlo por lo menos nos contentará el "compromiso de la sustancia hacia la periferia, hacia lo distinto, hacia el panorama abarcador más que hacia la contemplación conformista de lo que percibimos de frente."

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  4. Cuánto sospechoso placer nos da lo tergiversable, cuánta seguridad nos procura la interpretabilidad, lo inasible y más cuando todo está dentro del enmarcado ámbito de abarcabilidad de la contemporaneidad...Anónimo, todo pensamiento surge de una ausencia y las ideas solo son el telón de fondo de nuestros afectos. Tenemos la curiosa costumbre de obligarnos los escudos más pesados y rígidos, sin adivinar su frágil eficacia porque son terriblemente inflexibles; sin embargo, persistimos en ellos porque tenemos miedo a nuestra desnudez emocional. La discusión es fértil terreno para la recreación de nuestras mejores habilidades intelectivas, pero es básicamente inerte, o al menos a mí me lo parece, cuando no representa el diálogo de convicciones surgidas de la experiencia singular de cada una de las partes; es decir, cuando no existe el compromiso del ser emocional, hipotalámico!
    Yo no escribo para establecer relaciones lineales, date cuenta que apelo a la estructura para desembocar inevitablemente en el abrazo, en la fragilidad de la posibilidad, en el sueño y la esperanza.
    La simbolización es una facultad que deviene sobre todo de la herencia sintética de nuestra condición libidinal; no sé como decir esto, pero me refiero a la dimensión relativa al deseo. Me disculpo si he dado pie a que surja una impresión equivocada, pero no pretendo de ningún modo sumergirme en otra cosa que no sea el sentimiento. Ya pesa bastante ser lógico y controlado en otros ámbitos, que tolerar lo mismo en nuestros escritos sería conformarnos de puro miedo. Que bueno poder aclararlo, en virtud de tus códigos, porque me gustaría mucho que puedas compartir tus impresiones en otros posts.

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  5. Qué piensas entonces de lo tergiversable. Que terminan siendo entonces las variables, la multiformidad de la realidad, las posibilidades de la interpretación, son también el contento, si quieres, de la ambición, de poder otear el horizonte y creer que se comprende algo. El anhelo de la verdad, y eso a lo que también te refieres, llenar un vacío, o digamos el deseo, la líbido de algún tipo de completitud. Ahora, tampoco pretendo confundir que esta multiformidad a la que me refiero no está también cenagosa y nebulosamente enmarcada en la nada. Ahora si pasamos al afecto y al sentimiendo, creo entonces en la inherencia, el mundo humano termina siendo una naturaleza artificial ligada a la primera, y quizá esto no nos permita entender el equilibrio de la naturaleza per se, y quién sabe, quizá también la inventamos. E inventamos que sentimos para terminar de anestesiar lo de siempre. El vacio.

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  6. jajaja qué chistoso todo esto, me gusta

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